Las "tecnoculturas" han venido para quedarse
"Como
el agua, como el gas, como la corriente eléctrica vienen de lejos hasta
nuestras moradas para satisfacer nuestras necesidades, mediante un
esfuerzo casi nulo, así seremos alimentados por imégenes visivas o
auditivas, que nacerán y se desvanecerán al mínimo gesto, casi con una
seña...No sé si un filósofo ha soñado alguna vez con una sociedad para
la distribución de la Realidad sensible a domicilio" (Paul Valèry, 1934).
El
sensualismo decimonónico instaurado por el Art Nouveau sumado al
modernismo racionalista y funcionalista que llega a su apogeo en1919
con la fundación de la Bauhaus en Weimar, siembran, en palabras de
Stuart Ewen, la semilla de la que emerge la actual sociedad de consumo,
que entre los años 60 y 70, se vale de las más recientes innovaciones
tecnológicas como la TV y el vídeo para llegar al hogar del "homo
consumus"(1) con noticieros parcializados y publicidad alienante.
Paralelamente en el terreno del arte se producen una serie de cambios y
rupturas radicales con los modelos estéticos establecidos que facilitan
la proliferación de una condición artística plural, capaz de coexistir
simultáneamente en un mestizaje hasta entonces desconocido en este
universo; que cuaja en un grupo heterogéneo, internacional y nómada
denominado Fluxus, liderado por el lituano George Maciunas.
Estas
tendencias compartirán el intercambio multidisciplinar y proporcionarán
la entrada a nuevas formas y medios de expresión, en especial los que
tienen que ver con la tecnología y la reproductibilidad técnica: la
fotografía, el cine y el vídeo. La crítica social y política
será, pues, una de las primeras funciones que asumirá el vídeo en los
60, constituyéndose como arma de la contra-cultura; basando esta
postura en los predicamentos de McLuhan, Wiener y Fuller, quienes
siguiendo la corriente iniciada por Brecht y W. Benjamin demuestran una
confianza ciega en el potencial progresista de los mass-media, pero a
la vez "descubren" que el arte puede ser el "contra-medio"(2) procurado
por los propios
media. Veinte años más tarde esta influencia
será suplantada por escrituras posmodernas, entre estas, es preciso
visitar a la diáspora que mira a las "videoculturas" y buscar en ella
las pistas más significativas que nos aproximen a nuestro contexto. En
1989 se lleva a cabo el I Congreso Internacional "Videoculture"(3) y en
1990 Televisión Española, bajo la dirección de José R. Pérez Ornia,
inicia la serie El Arte del Vídeo en la que 116 personalidades de todo
el mundo serán entrevistadas(4). Tras los eventos, sendas publicaciones
compilatorias nos acercan al pensamiento de artisas, críticos y
filósofos; que dan la pauta, a su vez, para la edición de ensayos
temáticos de autoría de investigadores de varios países del mundo.
Alain Renuad, por ejemplo, explica la producción de la "imagerie"
contemporánea como una "revolución
stricto sensu de las
imágenes", extensión de un régimen y registros inéditos de visibilidad
sobre la base de los cuales se genera y/o degenera una nueva figura,
tecnológica, de lo "Imaginario", al que Jean Baudrillard llama
"videosfera", un estadio atiborrado de pantallas de control, donde el
espejo mágico ha sido roto y del que el "sujeto fractal" obtiene
solamente una refracción instantánea y sin profundidad; su sentido
subyace, entonces, a este "vídeo perpetuo"; que visto desde la
perspectiva de Paul Virilo se traduce en el "vehículo
audiovisual", estacionado en la inercia domiciliaria donde el
"enfermo-voyeur" percibe la extensión disimulada y el relieve achatado
de las imágenes teletransmitidas a este
surplace, donde el
amusement
adorniano entorpece el consentimiento e impide el recogimiento; por
ende, como lo concibe Alberto Granese, el problema de la cultura de
masa es el de "la ética y de la estética de lo efímero"; del
"artificio" que invade la "iconosfera" de Roman Gubern, habitáculo de
las imágenes que el "homo pictor" ve y de aquéllas que piensa, las
mentales, las "endo-imágenes"; cuya necrología la profetiza M.W. Bruno
como consecuencia hegemónica de la imagen procesual del referente, por
la que cualquiera de ellas se vuelve "imagen de repertorio": "No existe
original, no existe copia...el aura de Benjamin no está perdida, sino
que es simplemente impensable".
"Nuestro trabajo es la crítica de la televisión pura, como Kant" (Nam June Paik, 1959-1973)
La
imagen en movimiento inicia su auto-reflexión con la vanguardia
cinematográfica de 1910 a 1920, revelándose un cine que propone la
dramaturgia audiovisual-gráfica, como célula de contenidos.
Posteriormente, los manifiestos surrealistas y dadaístas problematizan
la jerarquía de la argumentación literaria, la arbitrariedad será,
entonces, el punto de partida para sus creaciones. Más adelante, en
consecuencia con el posicionamiento arte/juego, trans-garde
de Fluxus, Wolf Vostell, en Alemania y N.J. Paik (coreano), en Estados
Unidos realizan los primeros experimentos con la TV como propuesta
artística. Vostell, por ejemplo, clava con acidez un clavo en la
pantalla de un televisor -acción autodenominada
dè-collage/happening- mientras que el lúdico Paik la re-inventa
hasta el paroxismo. A esta experimentación se suma el sintetizador
electrónico, el "portapack" y el vídeo analógico; a partir de los
cuales Steina y Woody Vasulka, Antoni Muntadas, Françesc Torres y Bill
Viola -entre otros- perfomarán sus propuestas, asistidos en la mayoría
de los casos por técnicos electrónicos. Desde 1971, Nueva York será el
núcleo generador de múltiples acciones que van a contener a la
TV-objeto y a la TV-concepto como eje temático. En el costado
matérico de este eje bipartito encajan los ademanes destructivos contra
el objeto y su respectiva documentación en vídeo. Del otro lado van a
proponerse publicaciones subversivas, laboratorios de arte y espacios
de programación e investigación especializados en cadenas televisivas..
Esta,
a grandes rasgos, la tribuna de estas expresiones, que el crítico
Jean-Paul Fargier, escinde con pertinencia cronológica en dos grupos
que polarizan, desde entonces hasta hoy, la noción de representación a
través de las NTI. Fargier parte de los gestos inaugurales de los dos
pioneros: "(unos) continúan hundiendo el clavo de Vostell...(otros)
navegan tras la estela de Paik. Los primeros obsesionados por la
falsedad de los media, los segundos intentan que se produzca un nuevo
contacto con lo Bello"(6). Desde el centro tensado por estos dos
polos emerge la huella artística contemporánea, cuya tendencia, a nivel
planetario, apuesta por una "cultura viva" desde la academia, museos,
salas de cine, canales de televisión, bienales, festivales, conciertos,
espacios alternativos (físicos y virtuales); instancias que favorecen
la actitud hipertextual en el confrontamiento de lo simultáneo.
En 1982, Paco Cuesta, fusiona la animación en cine y la fotografía en el primer film experimental que se conoce, componente de la instalación Adán y Eva en el Jardín de Judith Gutiérrez, como
homenaje a la pintora, promovido por el Banco Central de Guayaquil, de
cuyos cuadros Cuesta copia las figuras y fotografía día tras día el
crecimiento del mismo tipo de vegetación pintado por Gutiérrez; como
resultado la película presenta un paraíso tropical donde la bíblica
pareja muestra un comportamiento erótico circunscrito en la
exhuberancia de la tierra caliente; exhibida para el efecto sobre el
pizarrón de la escuelita "instalada".
Ya que hemos tocado puerto, es preciso anclar en él y clavarnos en su nueva ola de medios artísticos:
Larissa Marangoni, apropiando
los conceptos de Vito Acconci y Rebeca Horn, trabaja de 1989 a 2003
sobre la dialéctica de lo personal y lo social a través de una estética
minimalista de la forma. Desde el primer frente confronta como sujeto
las adversidades de su divorcio, haciendo una analogía a las armas de
guerra (Seguimiento). Desde el segundo, denuncia la mendicidad,
la devastación del estero salado, la explotación del cuerpo marginal
como vehículo de carga, la de la mujer como mano de obra y la locura
como un estadio ambiguo (Un día de rituales domésticos, Yo ya no me baño en el estero, La simbiosis de la indiferencia, Fábrica, Cristo Histórico).
Saidel Brito
(cubano, radicado en el país) Utiliza el vídeo como pantalla de
reflexión sobre el dibujo; entra así en 2001 a una sesión de quirófano,
donde cirujanos extranjeros "enmiendan" los defectos de pacientes
tercermundistas, antes que el bisturí vemos el trazo ingenuo del lápiz
quirúrgico; se proyecta la imagen sobre el mismo "sudario" utilizado en
la escena. En 2002, emulando los gestos dadaístas de cortar el
diccionario y la categoría incidental del pop-cubano, se propone
lúdicamente como el carnicero que va cortando el filo del arte que le
apetece; utiliza para ello dos cuchillos que van pasando,
indistintamente, las páginas del catálogo de Féminin/Masculin-Pompiduo
2002(Filos y Palabras).
YACA,
colectivo artístico dirigido por Allan Jeffs y José Alcívar que entre
2000 y 2002 expone en su videografía la regeneración urbana de su
ciudad, como un proceso negligente que debemos mirarlo con angustia y
rechazo (Untitled y 6:19) . En 1996 con el rostro de Imbadumbre -que
hace un guiño a Richard Serra- intervienen el medio televisivo, bajo
previa "autorización" de TC Televisión, con imágenes-texto en las que
por 14'' se podía leer "La televisión ha muerto/Dios salva el raiting".
Hacia 2002 este "vídeo alter-TV"(9) se expande y documenta las
acciones desterritorializadas de artistas de diferentes disciplinas;
éstos, algunos niños y el colectivo en pleno ofrecen sus diatribas
sobre el arte, al final cuatro "hombres grises" entierran una TV en las
faldas del Chimborazo. (N.A. Nuestros Artistas).
Daniel Adum,
desde 2002, sujeta una cámara de vídeo digital a un enorme prototipo
metálico del signo marca registrada, al que hace rodar, en el marco de
eventos artísticos en las calles de Guayaquil y Cuenca, asegurando así
un Registro Sinceptual de los espacios a su nombre. Burla
con este gesto el abuso de la razón de la creación artística y
publicitaria. Cuando esta R sale a dar sus vueltas "sinrazón" performa
su acción de presencia, sus aleatorias imágenes serán posteriormente
exhibidas en conciertos. La propuesta "sin-ceptual" de Adum persigue la
libertad del consumidor cultural en su aproximación a la obra de arte;
es así que en 2005 imprime sobre los muros de la ciudad porteña, la
figura de un chancho (cerdo), utilizando sprays de color blanco, negro y rojo , sobre un stencil. Chanchocracia,
el nombre de la obra, comenta sobre el aire consumista y corrupto que
la sociedad insufla y corrobora el poder amarillista de los medios de
comunicación, ya que éstos colaboraron para que la intención del
artista se tradujera en la histeria colectiva que aseguraba que el
ícono de chancho y sus colores estaban ligados a advertencias
terroristas de una pandilla latinoamericana. Reinventa entonces el
soporte, cambiando de muro; hoy por hoy, la documentación compilatoria
de los noticieros, se proyecta sobre una pared de un espacio
museístico, de cuyo centro pende un espejo silueteado en la forma del
inocente chanchito.
La Limpia,
colectivo artístico integrado por Stéfano Rubira, Ricardo Coello,
Fernando Falconí, Jorge Aycart, Ilich Castillo y Oscar Santillán.
En 2001 en un cortísimo road-video expone Tres comentarios breves sobre el mar, el
ejercicio lo "descubre, conquista y coloniza", como evidente ironía
sobre la apropiación conceptual. En 2002 conciben tres obras en vídeo: Piedra, papel o tijera, este
juego se da, a través de la una pantalla colocada estratégicamente en
La Rotonda, entre dos manos que impostan las de Bolívar y San Martín
que deciden azarosamente nuestra historia. En El pequeño Milton y su manía de comerse las uñas, comentan la voracidad consumista; unos se comen literalmente las uñas de otros. Dan lectura al distanciamiento, en Sin título, observamos la pantalla sin imagen, en-off escuchamos voces que hablan del proceso artístico; en Dieta imbuyen
a ciertas obras de la "historia oficial del arte occidental" y las
obligan a comer "Bonita Banana", enunciando con este gesto la
plataforma política sobre la que se sube un nuevo partido populista
ecuatoriano, dirigido por uno de los más poderoso bananeros del país.
La forma agresiva en que la fruta se fusiona con las imágenes,
reflexiona sobre la dinámica excluyente del arte en sí mismo y de los
espacios que lo contienen.
Félix Rodríguez, ex-integrante de La Limpia, produce en 2005 Intrusión, pieza
que compone la segunda fase de la trilogía con la que pretende
exorcizar su fobias reales, a la sazón, siete estados de ansiedad que
Rodríguez persigue superar a través de su trabajo. Para armar Intrusión recurre al programa de ordenador Windows Media Player y
extrae del menú del visor el efecto "agua", una roseta que van mudando
su color y reciclando su forma en un loop, la intencionalidad del lugar
común se va tornando -con la frecuencia- exasperante, este estadio se
profundiza en el espectador cuando paralelamente escucha el audio,
compuesto de fragmentos instrumentales de Té para Tres de
Soda Stereo, canción que ha marcado las estructuras psíquicas del
artista, quien además funde en la obra la acción auditiva de su propio
vómito, único paleativo inmediato con el que calma sus aversiones.
Mirando hacia el sur, encontramos en Cuenca el trabajo de artistas que componen también bajo esta circunstancia:
Patricio Palomeque, desde 1996 adopta el vídeo como registro adicional de expresión, que en Tómote nos facilita la problemática de lo amatorio en su dualidad existencial y política. En Circulante , instalado dentro de una carpa de camping, un loop advierte
la destreza de una cajera de banco al contar el dinero, un monitor al
otro extremo del espacio, atravesado por un enorme tapete tejido con
billetes del extinto sucre, nos da cuenta del laberinto de adoquines
con que se ha regenerado la urbe austral, imágenes que en Devenir Laberinto, se
fusionan en circuito cerrado con el movimiento de unas bailarinas que
traspasan un penetrable gigante. Como una extensión del cuestionamiento
de la dolarización, en Banco, YO! el brazo de un
aludido banquero taladra sin piedad bajos de billetes y consigue
finalmente que la broca perfore el banco que los sostiene. En 2002 Arboles refiere
la ascensión de un individuo por unas gradas infinitas, el paisaje ha
devenido en memoria y cada árbol en una arma de resistencia ante la
adversidad de la emigración.
Piratería,
de 2004, contradiciendo lo que M.W.Bruno cuestionaría diciendo "al
grito de ¡todos directores!, los vídeopiratas del domingo tienen la
posibilidad de falsear las obras maestras del cine..."(10), Palomeque
edita un autorretrato introspectivo a través del pillaje de copias de
películas de distintos géneros, en un intento reflexivo sobre el
diálogo bizantino entre marginalidad y globalización.
>Janneth Méndez, "La cultura femenina tiende a ser muy documental"(11) afirmación de Ulrike Rosenbach, que el Index (2003)
de Méndez vierte de sus propios poemas, cuyos versos dan pie a la
vivencia de sus fases biológicas, que las universaliza genéricamente al
auto-sustraerse de la imagen exquisita y al endosar los fluidos de su
cuerpo al de otra niña, otra púber, otra mujer; quienes al llamado de
la lista natural, contestarán, ¡presente!
CUCO Cultura Contemporánea,
de 2003 a 2005 funciona como colectivo integrado por Juan Pablo
Ordóñez, Hernán Pacurucu, Melina Wazhima y otros(as) artistas
itinerantes que abordan otros géneros. En esta fusión de disciplinas se
basa el proceso productivo del colectivo. CUCO coquetea con los
demonios del imaginario emigrante y los exorciza con una pócima binaria
de distanciamiento y complicidad. En Play the game, el jugador local perderá siempre ante esta máquina de ecuavoley
que pretende re-significar los íconos colonizadores occidentales, la
posibilidad de subvertirlos se anula cuando de ella se ha suplido la
interactividad. Se mastica mejor esta idea, en la vereda-cocina morlaca donde Ordóñez prepara su especialidad, el Chiclepillo, hecho con ingredientes de la cuisine française y chicles "a go-go"; majar favorito de los Animales Descartables: Conejo, Tallarines Western, Club, Motoman, Afroman, fauna híbrida del imaginario popular, parida por el logocentrismo; de cuyo imperio CUCO perfila rostros de revistas fashion ; un acetato tras otro, desfilan frenéticamente ante la cámara los personajes de su remake, Toy History. Con el mismo frenesí urbano, en Cuy, un cobayo, atravesado por un taladro, gira embriagado en el túnel del tiempo globalizado. Este ritmo exasperado se vuelve Monótono para
una Venus de Chorrera que no puede escapar del proceso cíclico, que el
"disco rayado" de acetato sobre el que da vueltas le impone, solo se
escucha ya...una lluvia pertinaz.
Tiusca
tosiendo, Hacinamiento, El plato del día, Tiusca flotando, Mono que
piensa y actúa, Lascivia, Niño que hace el amor con sus propias manos y
Bostezo de conejo; son los títulos que aparecen antes de la animación
que hace Pacurucu sobre los dibujos de Carlos Carrión; personajes
desconstruidos del imaginario clase-media-occidental y retorcidos por
la línea negra que define a estos seres que componen la Floresta Urbana Volumen 1; la
indisoluble conexión con la estética MTV que persigue la obra, le ha
abierto las puertas en el segmento experimental de este canal
internacional de vídeos musicales.
Juana Códova, en 2005 nos invita a reflexionar sobre el factor sorpresa como componente inexorable de lo cotidiano; Prueba tu suerte, nos
dice, aunque de antemano está ya echada, en la colcha que, elaborada
"paciente-mente" con millares de dados y cuentas, reposa junto a la
pantalla blanco y negro, en la que un hombre come compulsivamente cubos
de azar, sus ojos no parpadean jamás en el loop, lo hace la
pantalla cuando la gula rebasa la dicotomía superstición-lógica; el
efecto nos devuelve a la incertidumbre de la manta...
Fabián y Daniel Alvarez,
desde su territorio, el diseño gráfico, parten hacia una exploración
ilimitada de su producción formal, buscando siempre el máximo potencial
tecnológico, propuesto como estética de la experiencia.
"...(Hundo mi mano en el estanque. Cierras los ojos./Me empapo de
algas)"(12), ha escrito el poeta; celebrando su creación, esbozan con
nitidez Esprit de Corps (2003), cuerpo y flora; verso y cuadro
en estado fraccionario puro, en continuo deseo de completitud, son
arrullados por la sensualidad de las eufonías. Tono que armoniza con la
cadencia de la danza de una bailarina que enviste al viento, del fuego
que el malabarista ofrece al dios Yoruba, de la sangre que llama a la
sangre; re-escritos en blanco, negro y rojo, respectivamente, en Inscide (2004);
gigantografías en movimiento, herméticamente abrigadas por una capilla
en desuso, enfocan en reversa, sus alusiones procesuales en la
composición musical, en el tempo-ritmo de la dramaturgia, en la
re-significación del color.
Desde la plataforma del ejercicio académico, tres son las obras en consideración: Para nosotros también, de Claudio Tapia (2003), manteniendo el jingle universal de la Coca-Cola, muestra en cada still la forma underground de beberla. La frase Recuerdo haberlo olvidado, título
de la obra del colectivo Artemisa (2003), será insertada visualmente
junto a la imagen de un trebejo antropomorfo. Su repetición continua
apela tautológicamente a la memoria del televidente, cuya programación
regular será, por segundos, abruptamente interrumpida por estos
intersticios. In god we trust, predica en 2002 Gabriel Zamora,
como comentario sobre la dimensión de la indiferencia. Fija en un plano
la escena nocturna de un gato exangüe, que con cada neumático que
lo allana, va perdiendo las vidas que le quedan.
Concluido este capítulo inicial, suscribo la aproximación del lector a la instancia conclusiva del repertorio.
Notas
(1) Adolfo Colombres, entrevista con Luciano Núñez par la revista Caballo Verde, Buenos Aires, 2005.
(2) Marshall McLuhan, Understanding the Media, McGraw-Hill, New york, 1964.
(3) VV.AA., Videoculturas de Fin de Siglo, Cátedra, Madrid, 1989.
(4) José Ramón Pérez Ornia, El Arte del Vídeo, Serbal, Barcelona, 1991.
(5) Marcello Walter Bruno, en Videoculturas de Fin de Siglo. (1989), op. cit.
(6) Laura Biagorri Ballarín, El Vídeo en el Contexto Artístico de los 60/70, Edicions Universitat de Barcelona, Barcelona, 1997.
(7) www.ochoymedio.net (ver Opinión).
(8) Revista El Buho No. 14.
(9) Eugeni Bonet, en La Imagen Sublime. Vídeo de Creación en España 1970-1987. Ministerio de Cultura, Madrid, 1987.
(10) Marcello Walter Bruno, en Videoculturas de Fin de Siglo. (1989), op. cit.
(11) Extracto de una entrevista con Wolf Herzogenarath en el catálogo Ulrike Rosenbach. Colonia, 1982.
(12) Galo Alfredo Torres, Sierra Songs, Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carion, 2003.